Cultura

A tres décadas de su muerte, siempre vigente

Se cumplen treinta años de la muerte del gran escritor argentino.

El lenguaje, la calidad literaria y una obra que apunta a las “problemáticas intrínsecas” al ser humano permiten mantener el valor “universal” de la creación del destacado escritor argentino Jorge Luis Borges, a casi 30 años de su fallecimiento en Ginebra. Creador de una simbología y un estilo propios, Borges, nacido el 24 de agosto de 1899, es leído en el mundo entero.

“Tiene un carácter universal que lo hace atractivo y atraviesa a la humanidad, más allá del origen o la pertenencia”, dijo la vicepresidenta de la Fundación Borges Gabriela Cittadini.

El autor de “El Aleph” (1949) ha impactado en la escritura de quienes lo han leído. Su estilo, “muy particular” según Cittadini, se multiplica en otros escritores, ‘hijos’ y ‘nietos’ de Borges que actualmente son “grandes narradores”. En ellos, Borges fallecido el 14 de junio de 1986 a causa de un cáncer hepático, sigue presente.

“La obra de Borges tiene una vigencia universal por el valor del lenguaje, la calidad literaria. Su obra ha impactado en la literatura posterior”, agregó la especialista. Pese a su estilo exigente, Borges “trabaja en todos los niveles” y puede llegar “de muchas maneras” a los distintos lectores: los más pequeños son convocados por los animales mitológicos y extraordinarios de su literatura, mientras el “culto al coraje” es “impresionante” para los adolescentes. Como libro de cuentos, “Ficciones” (1944) invita a los adultos a un recorrido por las inquietudes de la obra borgiana que en este caso están planteadas de una manera “más accesible”. Borges, consideró Cittadini, puede leerse “desde muchos lugares”, no solo junto a otro tipo de literatura, sino también desde disciplinas como la matemática y la geografía. “A Borges se llega por las ciencias exactas y las ciencias sociales. Se entra desde tantos lugares que puede trabajarse transversalmente. Justamente, es lo que lo hace universal”, remarcó. Borges también es poesía. “Fervor de Buenos Aires” (1923), su primer libro en este género, es “una muy buena puerta de acceso” a ese lado del escritor y a su amor por la principal ciudad de Argentina. Porque Borges, a pesar de ser “un cosmopolita cultural” es “intrínsecamente porteño”, describió la vicepresidenta de la fundación que lleva el nombre del escritor.

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